¿Cómo comprar nuestras salsas?
Si estás interesado en probar nuestras deliciosas salsas, ¡no dudes en contactarnos! En nuestra fábrica de salsas, ofrecemos diferentes opciones de compra para que puedas obtener nuestras salsas de la forma que más te convenga.
Puedes adquirir nuestras salsas directamente en nuestra tienda online o en tiendas especializadas en productos gourmet. Además, si eres dueño de un restaurante o negocio de comida, también ofrecemos opciones de venta al por mayor.
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Los azúcares añadidos, a la vista
Son muchos los estudios que tratan de poner de manifiesto los malos hábitos alimenticios que se están imponiendo en el día a día de la gran mayoría de las personas. El estrés y las prisas hacen que el tiempo dedicado a la cocina sea prácticamente inexistente y, por tanto, los platos precocinados, envasados, congelados, etc. Forman una parte demasiado presente en nuestras vidas. Evidentemente, es una solución fácil y rápida para ocasiones puntuales, pero recurrir a estos comodines de forma continuada es todo menos recomendable.
Ningún alimento mantiene sus propiedades naturales tras pasar por los procesos de producción en cadena en los que además se añaden multitud de elementos externos que retrasan su caducidad a costa de hacerlos menos saludables. Y el caso de las salsas no es una excepción.
Todos los puntos negativos de los que vamos a hablar a continuación se refieren a las salsas envasadas convencionales, las que se pueden encontrar en cualquier tienda o supermercado. Porque cuando se trata de productos de este tipo, caseros y con ingredientes naturales, sus beneficios suelen destacar mucho más que las consecuencias negativas que pueden suponer.
Hay que empezar a hablar de los azúcares añadidos, uno de los elementos que más se miran con lupa en los últimos años. Los problemas de salud en los que se puede traducir su uso continuado los han puesto en el punto de mira de los nutricionistas e incluso de los médicos, y mucha gente empieza a tomar conciencia de ello. Las salsas envasadas tienen un contenido de azúcares añadidos demasiado elevado, sobre todo si se trata de variedades destinadas a ser utilizadas como aderezo de recetas dulces.
Un buen ejemplo es el jarabe de chocolate, probablemente el más utilizado en desayunos, meriendas y postres. Dependiendo de la marca que se analice el nivel de azúcares varía, pero en la mayoría de los casos (salvo, claro está, los que se elaboran «sin azúcares añadidos«) más de la mitad de su composición está formada por azúcar, llegando a cifras tan desorbitadas como el 71%. Cuando se trata de sabores como el chocolate o el caramelo, resulta menos sorprendente comprobar estas exageradas cantidades de azúcar; pero cuando se habla de salsas para platos salados, los resultados no son muy diferentes.
Tomando como referencia la salsa barbacoa, cuyo origen tradicional proviene de los Estados Unidos de América y se ha establecido como una de las preferidas en nuestra sociedad, se han realizado estudios en los que se comparan diferentes marcas de este producto para obtener una estimación media. El dato asciende a 30 gramos de azúcar por cada 100 mililitros de salsa, en un cálculo para el que se han tenido en cuenta un total de 42 condimentos de este tipo elaborados por diferentes empresas. Parece difícil asumir que un sabor tan característico, fuertemente asociado a la carne, contenga ese nivel de azúcares, pero se pueden encontrar casos en los que rozan los 50 gramos por cada 100 mililitros.
Lo peor es que este patrón se repite con el ketchup, la salsa César, la mostaza y un largo etcétera.
Añade sabor y exceso de calorías
Antes de abordar el tema de la cantidad de calorías que las salsas envasadas aportan a nuestra dieta, hay que dejar claro algo que, aunque parezca obvio, no hay que perder de vista: estamos hablando de un complemento nutricional, es decir, las salsas nunca se toman solas. Estarás pensando que es totalmente innecesario hacer esa aclaración, pero es fundamental tenerla en cuenta a la hora de analizar los problemas calóricos que plantean estos productos.
La cantidad de calorías que tienen las salsas no sería demasiado preocupante por sí misma, pero cuando se añade a una receta en la que el alimento principal es, por ejemplo, la carne de ternera, empiezan a surgir los inconvenientes.
El más evidente es simplemente que el aporte calórico se dispara y puede alcanzar cifras no recomendadas por los profesionales de la salud y la nutrición. Sin embargo, el factor más peligroso es que, en muchas ocasiones, al tratarse de un condimento que pensamos que sólo aporta algo de sabor, no lo tenemos en cuenta. De este modo, se están ingiriendo calorías extra sin ser demasiado conscientes de ello.